Hoy hay varias actualizaciones interesantes desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, en un intento desesperado por llegar a Myrnohrad antes de que el invierno detenga su avance, las fuerzas rusas están lanzando ataques implacables, con hasta diez asaltos diarios a las defensas de la ciudad. Sin embargo, la tasa de éxito de estos ataques es tan baja que, como revelan los informes recientemente publicados, la esperanza de vida promedio de los soldados rusos en este sector ha caído a solo dos semanas.
El objetivo de los rusos es llegar a las afueras de Myrnohrad e iniciar el combate urbano. Asegurar una cabeza de puente en la parte sur de la ciudad les proporcionaría una base para las operaciones y facilitaría avances incrementales a través de la guerra urbana. Si no logran establecer esta cabeza de puente ahora, se verán obligados a lidiar con un terreno fangoso, lo que retrasaría los avances hasta que el suelo se congele en los próximos meses.
Conscientes de las severas limitaciones de tiempo, los generales rusos están intensificando sus esfuerzos, lanzando hasta diez asaltos diarios solo contra Myrnohrad. Sin embargo, ninguno de estos ataques ha tenido éxito, en gran parte debido a la resistencia de la 38ª Brigada de Marines Ucraniana. Las imágenes muestran trincheras bien establecidas, construidas según las directrices y proporciones militares. Esto demuestra cómo las fuerzas ucranianas aprovecharon el fracaso de Rusia para hacer avances durante meses de ataques, usando el tiempo para reforzar sus defensas y fortificar sus posiciones para contrarrestar eficazmente las ofensivas rusas.
Las fuerzas ucranianas han perfeccionado sus tácticas de artillería con un efecto devastador, apuntando a las concentraciones de tropas rusas y sumando significativamente a sus bajas. Para anticipar los asaltos, las fuerzas ucranianas rastrean a los soldados rusos hasta sus escondites en las minas cercanas de Novohrodivka. Estas posiciones luego son sometidas a ataques de artillería precisos, coordinados con drones de reconocimiento. En un caso impactante, una sola ronda de artillería precisa destruyó un edificio entero lleno de soldados rusos, lo que resalta la precisión de la artillería ucraniana y su papel fundamental en neutralizar las unidades de asalto rusas antes de que pudieran lanzar un ataque.
A pesar de las bajas, debido a su prisa por obtener resultados estratégicos durante el invierno, el mando ruso opta por continuar con los asaltos a las posiciones ucranianas cerca de Myrnohrad. Las imágenes de combate de la zona muestran ataques de drones ucranianos a las fuerzas rusas que intentan establecer posiciones en trincheras. Es notable cómo grandes grupos de asalto rusos de hasta 20 soldados se desorganizan en pánico después de que comienzan los ataques con drones ucranianos, cancelando el asalto por completo. La mayoría de los soldados rusos son rastreados y eliminados en trincheras y refugios, uno por uno, para que los soldados ucranianos puedan recuperar físicamente las posiciones después.
Las incesantes bajas están teniendo un impacto devastador en la moral rusa. De manera inquietante, han surgido imágenes de combate que muestran a soldados, superados por la desesperación y una sensación de muerte inminente, deambulando hacia cementerios locales para sentarse y esperar el inevitable ataque de los drones ucranianos. Este fenómeno desgarrador pone de manifiesto la profunda tensión psicológica que sufren las fuerzas rusas, muchas de las cuales perciben su supervivencia como un objetivo imposible en condiciones tan extremas.Informes sugieren que la esperanza de vida de los soldados rusos en las líneas del frente ha caído a solo dos semanas, con perspectivas ligeramente mejores—alrededor de cuatro semanas—en sectores más tranquilos. Estas estadísticas sombrías son particularmente impactantes entre los reclutas voluntarios, que a menudo carecen de la formación y el equipo suficientes para sobrevivir en un entorno tan brutal. Este rápido recambio de refuerzos mal preparados no solo está erosionando las reservas de mano de obra de Rusia, sino que también está comprometiendo gravemente su capacidad para mantener operaciones militares prolongadas.
En general, la catastrófica reducción de las fuerzas rusas cerca de Myrnohrad subraya las ineficiencias operacionales más amplias y la desesperación estratégica del ejército ruso. La decisión de continuar con asaltos implacables, a pesar de las ganancias tácticas mínimas y las devastadoras bajas, refleja un liderazgo más enfocado en cumplir plazos simbólicos que en una planificación militar sostenible. La alarmante esperanza de vida de dos semanas para los soldados rusos no solo resalta el costo humano de este enfoque, sino que también sugiere un agotamiento acelerado de mano de obra que tendrá efectos en cascada en su capacidad para mantener ofensivas en otros frentes.
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