Las capacidades de ataque en profundidad de Ucrania han alcanzado un nuevo nivel, con la aprobación occidental para atacar bases militares en territorio ruso y la introducción de drones de largo alcance y misiles ATACMS. Los recientes ataques contra infraestructuras críticas, incluidos depósitos de petróleo, almacenes de municiones e instalaciones de producción, han perjudicado significativamente la capacidad de Rusia para sostener su esfuerzo bélico tanto a corto como a largo plazo. Con más de 240 objetivos militares rusos ahora dentro del alcance de Ucrania, el levantamiento de las restricciones sobre las armas proporcionadas por Occidente ha intensificado la presión sobre las fuerzas rusas. Mientras Ucrania continúa explotando las brechas en las defensas aéreas rusas, su arsenal en expansión señala un punto de inflexión en el conflicto, fortaleciendo su posición para lograr una ventaja decisiva.

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