La pesadilla de Putin: Los civiles se levantan, la ofensiva fracasa, el gobernador es destituido.
En la dirección de Kursk, la ofensiva fallida de Rusia no solo ha fracasado en alcanzar sus objetivos, sino que también ha desatado un amplio descontento civil, provocando importantes repercusiones políticas. La tercera oleada de la contraofensiva rusa, diseñada para rodear a las fuerzas ucranianas en el saliente de Kursk, fue frustrada por las defensas adaptativas de Ucrania, que incluyeron carreteras fuertemente minadas y apoyo de artillería desde posiciones elevadas. A medida que las pérdidas rusas aumentaban y los avances territoriales seguían siendo mínimos, el descontento social creció entre los civiles desplazados, lo que llevó al presidente Putin a destituir al gobernador de Kursk, Alexéi Smirnov, en un intento de calmar los disturbios. Sin embargo, con el conflicto en curso y la frustración pública en aumento, la situación en Kursk pone de relieve los crecientes desafíos para Rusia en los frentes militar y civil.
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