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Hoy se han producido numerosas actualizaciones desde la dirección de Kursk.
En un intento desesperado por romper el estancamiento y finalmente recuperar Kursk, las fuerzas rusas han comenzado a redistribuir miles de tropas adicionales, incluidos soldados norcoreanos, tanques y vehículos blindados hacia la región. Sin embargo, las fuerzas ucranianas aprovecharon esta oportunidad para rastrear sus movimientos, exponer decenas de almacenes y campamentos secretos rusos, y desatar una devastadora serie de ataques de largo alcance con consecuencias graves para las tropas rusas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, habría ordenado a su ejército expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk antes del 20 de enero de 2025, coincidiendo con la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Trump, que ha prometido poner fin a la guerra rápidamente, no ha aclarado su enfoque, lo que deja incertidumbre sobre su estrategia. El impulso de Putin parece estar dirigido a proyectar fuerza y recuperar el control territorial total antes de posibles negociaciones de paz lideradas por Trump.
Para cumplir con la directiva de Putin, los comandantes rusos han comenzado a redistribuir tropas adicionales desde diversas unidades a lo largo de Rusia y el frente. Un soldado ucraniano que opera en Kursk reportó la llegada reciente de elementos no especificados de la élite 76ª División de Asalto Aéreo Rusa, acumulando aproximadamente 4,000 efectivos y 100 vehículos blindados de combate, preparados para futuras ofensivas. Esto confirma los informes previos sobre la reubicación de esta división desde la dirección de Zaporiyia hacia Kursk en las últimas semanas. Además, las tropas norcoreanas que apoyan los esfuerzos rusos han sido reposicionadas desde bases traseras a posiciones de primera línea, reforzando aún más el despliegue.
Los comandantes ucranianos sabían que esta ventana de redistribución, con un aumento en la actividad, traía consigo un mayor riesgo de exposición para las fuerzas rusas, por lo que aprovecharon esta situación rastreando y localizando diversos campamentos enemigos, almacenes y centros de mando. Tras recopilar información detallada sobre objetivos clave potenciales, los ucranianos decidieron capitalizar esta ventaja atacando con diversas armas, incluidos drones y misiles Storm Shadow.
El objetivo inicial fue un búnker en la finca Baryatinsky, en Marino, a unos 30 kilómetros del saliente ucraniano en la región de Kursk. Este lugar servía como cuartel general operativo para comandantes rusos de alto rango que supervisaban las ofensivas en la zona. Los analistas militares rusos informaron que las fuerzas ucranianas lanzaron hasta 12 misiles Storm Shadow, criticando la ineficacia de las defensas aéreas rusas, que no lograron interceptar el ataque. Los ucranianos más tarde publicaron imágenes geolocalizadas de un dron de vigilancia Shark que documentaba la precisión del ataque.
Funcionarios occidentales confirmaron la efectividad del ataque con misiles Storm Shadow sobre los objetivos rusos, informando de decenas de bajas entre oficiales de alto rango, incluido el teniente general ruso Valery Solodchuk y un alto general norcoreano. Aunque la identidad del oficial norcoreano no ha sido revelada, la inteligencia ucraniana había identificado previamente al coronel general Kim Yong Bok como responsable de las unidades del Cuerpo de Asalto de Propósito Especial de Corea del Norte desplegadas en Rusia. También se informa que el ataque causó bajas o muertes de cientos de tropas regulares, incluidas aproximadamente 500 soldados norcoreanos que se preparaban para apoyar la contraofensiva rusa.
El día anterior, las fuerzas ucranianas ejecutaron un ataque masivo con drones contra áreas traseras rusas, centrado en activos militares e industriales de defensa en Vorónezh, Bélgorod y Nóvgorod. Si bien funcionarios rusos afirmaron que sus sistemas de defensa aérea interceptaron o destruyeron 44 drones ucranianos, el teniente Andriy Kovalenko, jefe del Centro Ucraniano de Lucha contra la Desinformación, informó que los drones impactaron con éxito en el arsenal de la 13ª Dirección Principal de Misiles y Artillería cerca de Kotovo, en Nóvgorod. Esta instalación almacenaba municiones para artillería de tubo, minas de mortero, misiles balísticos y sistemas de defensa aérea, incluidos misiles KN-23 suministrados por Corea del Norte.
La Dirección Principal de Inteligencia Militar de Ucrania también informó que sus fuerzas atacaron otro puesto de mando del Grupo del Norte de las Fuerzas Rusas en Gubkin, así como varios sitios de producción de drones en la región de Bélgorod.
En general, los ataques preventivos ucranianos contra las fuerzas rusas y norcoreanas en Kursk subrayan la importancia crítica de la guerra basada en inteligencia y las vulnerabilidades inherentes a los movimientos de tropas a gran escala. Al explotar las debilidades logísticas de Rusia y la previsibilidad operativa, Ucrania no solo neutralizó una porción significativa de los refuerzos entrantes, sino que también demostró su capacidad para atacar profundamente en territorio enemigo con precisión e impacto estratégico.
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