Hoy hay importantes actualizaciones desde la dirección de Kursk.
Aquí, los ataques aéreos de precisión de Ucrania han comenzado a apuntar a un aspecto inesperado y encubierto del esfuerzo bélico de Rusia: la presencia de fuerzas norcoreanas en entrenamiento. Las vulnerabilidades expuestas en estas unidades concentradas, que están sometiéndose a ajustes de última hora en su integración con brigadas rusas, presentan oportunidades críticas para su interrupción.
Recientes informes de inteligencia revelan un plan secreto ruso para desplegar tropas norcoreanas en la región. En lugar de organizarlas en unidades independientes con sus propios protocolos militares, Rusia decidió integrarlas en brigadas existentes de infantería de marina. Esta estrategia buscaba camuflar su presencia al alinearlas con las estructuras de mando rusas, asegurando que su despliegue se ajustara a las necesidades operativas de Rusia.
Un componente central de esta estrategia fue la formación de los llamados Batallones Especiales Buriatos. Oficialmente designados como "voluntarios," esta táctica explotaba el parecido físico entre los buriatos, un grupo étnico de Rusia, y los coreanos, para ocultar la identidad del personal norcoreano. Estos batallones estaban destinados a integrarse en las brigadas de infantería de marina rusas, comenzando con la 155ª Brigada, que ya había iniciado ejercicios de entrenamiento con los soldados norcoreanos.
Sin embargo, este plan se desmoronó rápidamente. La 155ª Brigada, ya debilitada por los continuos y costosos asaltos frontales ordenados por los comandantes rusos, sufrió pérdidas catastróficas en Kursk, dejando de funcionar efectivamente como una unidad de combate. Esta disrupción detuvo el proceso de integración, dejando a las tropas norcoreanas sin unidades asociadas funcionales.
El mando ruso se vio obligado a revisar su estrategia. Los informes indican que unidades aerotransportadas, específicamente elementos de la 76ª División VDV, incluido el 104º Regimiento, fueron reubicados desde otros frentes hacia Kursk. Estas unidades tienen el objetivo de cubrir las pérdidas y proporcionar un marco para el entrenamiento de los destacamentos norcoreanos. Según se informa, ya se están llevando a cabo ejercicios de entrenamiento conjunto, marcando la primera fase de su integración operativa.
Estos grandes despliegues generan movimientos detectables, lo que facilita a las fuerzas ucranianas localizar las concentraciones de tropas y los sitios de entrenamiento. En respuesta, los comandantes ucranianos decidieron atacar activamente a estas fuerzas, con el objetivo de interrumpir su despliegue. Como parte de una campaña aérea más amplia contra tropas enemigas concentradas, las fuerzas ucranianas destruyeron una estación de radar perteneciente a un sistema de defensa aérea S-400 en la región.
Con el espacio aéreo despejado, la fuerza aérea ucraniana ejecutó un ataque preciso con JDAM al sureste de Sudzha utilizando un caza Su-27. Imágenes geolocalizadas de drones de vigilancia ucranianos muestran cómo dos bombas JDAM destruyen un gran edificio utilizado como base rusa. Este es el primer ataque de este tipo. Estas acciones tienen como objetivo degradar las capacidades operativas rusas en Kursk y desestabilizar la integración de las tropas norcoreanas, señalando la disposición de Ucrania para explotar la posición vulnerable de las unidades VDV recién llegadas y de las tropas norcoreanas mientras entrenan y se preparan juntas.
En general, la dependencia de Rusia en las tropas norcoreanas destaca la gravedad de su escasez de personal. El intento de ocultar su despliegue bajo el disfraz de un Batallón Especial Buriato refleja tanto el secretismo del Kremlin como su disposición a adoptar estrategias poco convencionales. Sin embargo, la integración de personal norcoreano sin entrenamiento adecuado en unidades rusas debilitadas probablemente no produzca ventajas tácticas significativas, especialmente dado el alto índice de desgaste que ya han sufrido las fuerzas rusas en Kursk. Es probable que en las próximas semanas aumenten los ataques aéreos ucranianos contra concentraciones de tropas rusas y norcoreanas, con el objetivo de prevenir operaciones ofensivas y desestabilizar aún más la estructura de mando rusa en la región.
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