En la dirección de Kursk, las fuerzas rusas lanzaron la tercera ola de su contraofensiva, intentando una maniobra de pinza para rodear posiciones ucranianas cerca de Novoivanivka. A pesar de cambiar tácticas con un asalto de flanqueo a través de un río al sur, las defensas ucranianas, preparadas y adaptables, infligieron pérdidas devastadoras. Los asaltos rusos fueron repetidamente repelidos, con fuertes bajas entre los marines de la 810ª Brigada de Infantería Naval y pérdidas significativas de vehículos blindados. Las tropas ucranianas permanecen bien rotadas y equipadas, manteniendo la estabilidad y aprovechando una formación superior para adaptarse rápidamente, mientras que las unidades de élite rusas enfrentan una rápida disminución, socavando aún más su potencial ofensivo.

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